Colección: Caos y orden

Esta serie nace del impulso de dibujar sobre lo ya dibujado, de construir desde la acumulación, de dejar que las imágenes se disuelvan en su propia repetición.
Cada lámina se convierte en un campo de batalla visual, donde los dibujos se superponen, se rozan, se aplastan y se mezclan, generando nuevas figuras: a veces reconocibles, a veces apenas un eco.

La forma final no es lo esencial; lo importante es el proceso, el gesto insistente, el tránsito entre el caos y una apariencia de orden.
Trabajo a partir de estudios y dibujos de artistas clásicos —como Miguel Ángel o Velázquez— que resignifico a través de la repetición y la superposición.
No busco representar: busco invocar.
Cuerpos que se deshacen, rostros que se multiplican, estructuras que se deforman bajo su propio peso visual. Hay en estos trabajos algo de ruina, algo de eco, algo de ruido.

Estas composiciones no son un simple ejercicio formal.
Son también una reflexión sobre nuestra contemporaneidad saturada de imágenes.
Vivimos inmersos en un bombardeo visual constante que desactiva, poco a poco, nuestra capacidad de mirar con atención.
En estos dibujos intento capturar esa sensación: la de estar rodeado, inmerso, casi ahogado en imágenes, y aún así encontrar, entre los restos, fragmentos de presencia que resisten.